TUS ÚLTIMOS DOS GOLPES BAJOS


Tu y tus joyas.
Me miro en el espejo y no dudo en rebuznar. Quizás a alguien no se le pueda maltratar, pero a instantes, tan solo podríamos patearnos el alma. No hay razón para saltar el charco ni para pedir perdón. Ahora que tan solo compartimos nuestro amor por las drogas, nos hemos mudado, abandonado y aún vestimos más mal. Ya nada nos quema porqué nada tenemos en nuestro territorio común. No lo dudes, nunca más nos masturbaremos mirándonos a la cara. Nada a cambio, no nos vamos a reír.